miércoles, 29 de octubre de 2008

Se canceló dolosamente el dominio municipal del Estadio para dárselo a la Cervecera


El estadio Tomás Oroz Gaytán construído hace 35 años con los impuestos de los cajemenses, se regaló por 30 años, otorgándole Beltrones la concesión al Club Yaquis, -del equipo de béisbol-, manejado por la Cervecería Modelo.



Por Alejandro De la Torre
Es evidente que vivimos en la cervecerocracia. Dos grandes monopolios controlan la vida cultural, social, deportiva, económica y desde luego, política, de los gobernados.
Una muestra de ello es la proliferación de expendios en los últimos 2 años, encubiertos como tiendas de servicio, que se multiplicaron como conejos en las esquinas de las ciudades, propiedad de los grupos empresariales más grandes del país: FEMSA (Tecate) y Grupo Modelo.
De la misma forma, la capacidad económica de estos grupos cerveceros invade todas las áreas de la vida pública y son un ejemplo a seguir para el sector empresarial y para los cuadros gerenciales que se “preparan” en los institutos de educación.
Es la cervecerocracia, contrapuesta a la democracia, y el gobierno como fiel perro faldero les sirve a los intereses de estos megaconsorcios que invaden con el vicio de la cerveza.
Regalan el Estadio de Beisbol
El ex diputado local Felipe García de León, el 14 de enero de 1997, en su carácter de presidente del Club de Base Ball Obregón, S.A. de C.V. dirigió una misiva al Lic. Manlio Fabio Beltrones Rivera Gobernador Constitucional del Estado de Sonora para solicitarle “se nos conceda concesión (Sic), para operar el Estadio de Béisbol Tomás Oroz Gaytán”.
Beltrones rápidamente dio órdenes a su secretario de finanzas, Raúl Navarro Gallegos y al alcalde Raúl Ayala Candelas para que el contrato de comodato con vigencia al 31 de marzo del año 2003, convenido entre el Gobierno del Estado de Sonora con el H. Ayuntamiento de Cajeme fuera cancelado inmediatamente y en su lugar se firmara un Título de Concesión por 30 años “para el uso, aprovechamiento, explotación, conservación y mantenimiento del Estadio Tomás Oroz Gaytán ubicado en Ciudad Obregón, Sonora”.
Pasando por alto que dicho Estadio fue construido en 1969, en un terreno bien inmueble de dominio público municipal y convocando a la comuna de Cajeme a participar para que el gobierno del Estado encabezado por Faustino Félix Serna, lo aprobara y presupuestara con el concurso de los cajemenses y para que lo disfrutara el municipio.
Para el año 2001 el llamado Club de Base-Ball se fue tornando en club yaquis, pasando a propiedad del la Cervecería Modelo del Noroeste, S.A de C.V. y cuyo ex presidente Luis Alfonso Lugo Platt y gerente administrativo Miguel Ángel Sánchez eran altos funcionarios de dicho consorcio cervecero.
Actualmente es administrado por René Arturo Rodríguez, director de la planta de la fábrica de cerveza Corona en Cd. Obregón.
Inicio de los Yaquis
Manuel Yépiz Muñoz, quien en 1958 creó al equipo en Cd. Obregón participó con un reducido grupo de empresarios. En 1954 llegó a la ciudad y cuatro años después, en 1958, propuso a Jesús Corral Ruiz director de Diario del Yaqui, promover la formación de una liga que llenara el hueco dejado por la recién desaparecida Liga de la Costa del Pacífico.
Se trataba de hacer una liga modesta, con plazas en Sonora, para mantener viva la afición por este deporte. Poco después, en Guaymas expuso el proyecto a Florencio Zaragoza quien se sumó a la propuesta e invitó a otros empresarios del estado. Ahí nació la Liga Invernal de Sonora con plazas en Empalme, Guaymas, Hermosillo y Ciudad Obregón, con solamente jugadores mexicanos.
Obregón ingresó a la Liga de Sonora en 1945 con el nombre de “Chichareros”. Optaron por jugar en el estadio del club Campestre, porque estaba mejor construido, aunque su capacidad era de 500 personas.
Así lo hicieron en las dos primeras temporadas y después Alfonso Robinson Bours pidió ingresar a la Liga de la Costa del Pacífico, que se había iniciado con cuatro equipos, cambiando el campo de juego por las calles 6 de Abril y Sonora. Se inauguró en 1947 participando en la Liga de Sonora. Ese invierno participaron en la Liga de la Costa, junto con los Cañeros de Los Mochis, con el nombre de “Arroceros”, porque en esa época se sembraba mucho arroz en la región. El tesorero general del estado Tomás Oroz Gaytán gestionó la construcción de un nuevo parque, inaugurándose el 8 de Octubre de 1970.
En el año de 1997 dos meses antes de abandonar la gubernatura, Manlio F. Beltrones cedió la administración del estadio con una concesión administrativa por 30 años, a la directiva de lo que hoy conocemos por Club Yaquis de Ciudad Obregón, cuyo socio principal es la Cervecería Modelo del Noroeste filial del Grupo Modelo, cuyo dueño es el magnate Antonino Fernández integrante de la oligarquía y los directivos de ese club también son altos funcionarios de ese monopolio cervecero.
Según Alfonso Araujo Bojórquez “el Jueves 8 de Octubre de 1970, vino la ceremonia con el cual se inauguró el estadio que tres años más tarde le dieron el nombre de Tomás Oroz Gaytan, donde los Tomateros de Culiacán en un juego que se fue a once entradas, terminaron ganando por 4-2, cuando Saúl Mendoza empujó las carreras de la diferencia. Fue un estupendo duelo entre Juan Suby de Obregón y Jerry Messerly de Culiacán. A la altura de la séptima entrada, vino el primer jonrón, que conectó el jardinero de Culiacán, Nicolás Vásquez. El ganador en relevo fue Cecilio Acosta y el derrotado por la misma vía fue el potosino Nicolás García”.
Posesión privada del Estadio
Aunque el parque es un bien inmueble de dominio público de uso común, que según la Ley de Bienes y Concesiones del Estado de Sonora, solamente puede ser susceptible de uso y explotación por los gobernados mediante el otorgamiento de una Concesión, en este caso no son los gobernados los directamente beneficiados de tal concesión, si no una empresa privada, este caso una fabrica de Cerveza.
La licencia para venta y consumo de cerveza del club yaquis en el estadio de béisbol Tomás Oroz Gaytán, es la No. P5366 y autorizada de 8:00 a 24:00 horas, fechada el día 4 de septiembre de 1997 y aceptada por Luis Felipe García de León Martínez como contribuyente.
Entre las condiciones y disposiciones previstas en la llamada “CONCESION ADMINISTRATIVA” en la SEGUNDA dice: “no confiere ni origina derecho real ni acción posesionaria en favor” del club yaquis, sin embargo entre las modificaciones al estadio se encuentra una barda de fierro perimetral a la que le aumentaron medio metro de altura tal como si fuera propiedad privada, y para solicitar el uso del estadio se requiere pasar por la autorización de los funcionarios de la cervecera y firmar un contrato de arrendamiento.
De la misma forma, según la disposición TERCERA se establece que no podrá cederse parcialmente los derechos derivados del Titulo de Concesión, sin embargo durante 10 años y hasta el año 2003, la Expo Obregón, A.C., usó y explotó el parque y sus alrededores incluido el estacionamiento para 10 mil automóviles, con el consentimiento del club yaquis para sus fines lucrativos.
Obteniendo esta feria comercial, hasta que entró el actual gobernador Eduardo Bours, otro título de concesión solo de ese estacionamiento pero no del parque a su interior que sigue usando y explotando cada año para hacer presentaciones artísticas y rentar stands,
La explotación
Cuando alguien ingresa al estadio Tomás Oroz le impresiona su luz y colorido, pero también le contamina la enorme cantidad de publicidad en espectaculares, bardas y por donde quiera.
Todas las marcas comerciales están ahí, menos los de la competencia. O sea un grupo reducido de marcas y empresas que tienen convenio con la cervercera. Las competencias no son admitidas.
Sobre todo la venta de cerveza en la temporada beisbolera garantiza las ganancias no obtenidas por la venta del boletaje.
12 mil aficionados al béisbol han vuelto el espectáculo una actividad de esparcimiento inigualable en la región, que ha llevado al estadio a llenos totales que mejora cuando el equipo llega a las finales en enero de cada año.
El momento es propicio para vender espacios comerciales en 20 hasta 80 mil pesos en la barda jonronera, de 10, 20, 50 metros cuadrados, y en otros lugares disminuyen en 5, 10 mil pesos.
El boletaje vendido puede andar del 10 de octubre al 31 de diciembre periodo en que se realizan 34 juegos de temporada regular, antes de play off y final, en un somero conteo, entre los 300 y 400 mil tickets pagados de 30 a 140 pesos. Una recaudación de alrededor 8 millones de pesos.
Para el famoso y admirado cronista deportivo Alfonso Araujo Bojórquez, “en nuestro béisbol es ‘tabú’ conocer los sueldos de los jugadores, o más bien que los clubes den a conocer dichos sueldos. Lo mismo pasa con las asistencias a los parques. No se sabe cual es el equipo que más gente ha metido a un estadio en un juego, en una serie y en una temporada.”
Los jugadores mejor cotizados cobran por temporada de 20 a 30 mil dólares mensuales.
Según una evaluación contable aproximada, se demuestra que la nómina de 29 jugadores, cuerpo técnico y empleados del club, anda en un monto de alrededor de 6 millones de pesos, los cuales se pagan en dólares sobre todo cuando son “bigleaguers”. Similar monto recaudado por todos los boletos vendidos en una temporada regular.
Otras fuentes de ganancias son los lugares rentados para puestos de comida que han inundado al estadio. Así como la tienda que vende souvenirs, artículos deportivos y ropa con el jersey de los yaquis.
De la misma forma se tienen los cobros desconocidos por derechos de transmisión televisiva y radial, tanto de la cadena internacional ESPN que transmite un juego cada semana y de Televisa, tanto de Mexicali, Obregón y Culiacán.
De eso se escapa la estación La Mía 860 AM propiedad del mismo ex diputado García de León pero que si cobra spots comerciales en sus espacios en el cuadrante.
Por eso según la carta, con copia en poder de CRóNICA10, que le envió hace 11 años el ex presidente del club, al entonces gobernador Beltrones, que le pide la concesión “para poder desarrollar deportistas” y para “impulsar y promover el deporte y formar excelentes ciudadanos” parece que no se ha cumplido. Y en contraparte se ha vuelto una actividad plenamente lucrativa y que llena de publicidad y de consumo de cerveza a los aficionados y a los no aficionados al base ball.

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